Pasando por un lugar donde vivía, un letrero: "se alquila". Pensando luego, creo que he perdido la mirada inocente.

Caras conocidas, caras nuevas tras el túnel de árboles.

Desde la ventana reflectante de la habitación climatizada se ven dos hileras de palmeras. Un médico sonriente con aspecto de haberlo visto todo y zapatos que parecen el salario de alguien, saluda amable a los padres que miran satisfechos a su pequeña.

Casi a dos mil kilómetros de distancia, el sacerdote de una religión centroamericana olvidada hace un corte en el pecho de otra mujer joven y arranca el corazón. Un coro de arpías aúlla con satisfacción.

Volviendo a casa por la M40 escucho en la cinta del área de servicio una canción the "The Aloof" que escuché por primera vez poco después de venir al país. Me ha dado la impresión de que ya no soy el mismo que era (aunque esto se puede decir de todo el mundo en cualquier momento)

Vida

A veces la vida es como un rayo de luz.