Ulises, ceño fruncido, sentado con las piernas cruzadas, relee: "Uno, camino, dos, cielo, tres suelo, cuatro General, cinco Ley."

- Papa, can I have more?
- Please
- Can I have more, please?
- Here you are nano, mussels!
- Mussels! (ríe)

El orden de las preguntas es ¿cuándo? ¿cómo?... (¿puedo?)

Conduciendo, aire de la mañana denso de significado.

Se me había olvidado quién era (¿o sería quien soy?)

Escuchando a Belle y Sebastian, la brisa de la noche acaricia mis brazos. Si sólo pudiese controlar mi atención.

Llamando por teléfono advierto que todo comienza por un paso pequeño, que de por sí no da vértigo.

Las cajas de bento están hechas de ingredientes mayormente comunes como arroz, nori, pescado, vegetales y alguna fruta en rodajas de postre, pero al abrirlas hacen sonreír a la persona para quien las haces. Esa sonrisa a través de lo común es simbólica.

Esta pequeñina sentada en mis rodillas ríe y juega con una piedra de la playa. Éste y ella también: una ola los persigue.

Al fin.

Penélope y Ulises juegan con la nieve. El pequeño Telémaco aprende a hacer bolas de nieve y su hermana contempla todo sorprendida.

Esta mañana hemos salido a jugar al jardín éste y yo. Hemos contado unas bolitas rojas que había en un arbusto. En el almendro había ya almendras verdes con su piel de terciopelo, me he sorprendido de la cantidad de musgo que hay en el lado donde no da el sol.

La luz. filigrana de oro sobre ámbar, acaricia un bocadillo absurdo. Voluntad de ser.