Despistado y perdido, Ulises mira su mapa...

viernes, diciembre 16, 2005

Sentado en una roca en la playa, Ulises advierte mirando al mar, que no hay barreras que se puedan tocar.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo bueno y lo malo que tienen esas barreras es que, al no poder ser tocadas, mientras uno no las piensa parecen no existir. Lo bueno y lo malo también, y dado que a veces pensamos más de la cuenta, es que cuando uno termina sabiendo que existen no encuentra la manera de poder atravesarlas.

Ahora resultará que con este post, manolo se estará refiriendo a algún tipo de firewall, norma de seguridad, privilegio de administrador o algo por el estilo y mi comentario será una metedura de pata.

En fin, como dijo una vez Machado (aunque creo que se lo copió a algún griego): "Que cada cual hable de sí mismo lo mejor que pueda, con esta advertencia a su prójimo: si por casualidad entiende usted algo de lo que digo, puede usted estar seguro que yo lo entiendo de otro modo.

Un saludo

PD: es ésta, su Ítaca, un lugar cada vez más estimulante.

Anónimo dijo...

Lo bueno y lo malo que tienen esas barreras es que, al no poder ser tocadas, mientras uno no las piensa parecen no existir. Lo bueno y lo malo también, y dado que a veces pensamos más de la cuenta, es que cuando uno termina sabiendo que existen no encuentra la manera de poder atravesarlas.

Ahora resultará que con este post, manolo se estará refiriendo a algún tipo de firewall, norma de seguridad, privilegio de administrador o algo por el estilo y mi comentario será una metedura de pata.

En fin, como dijo una vez Machado (aunque creo que se lo copió a algún griego): "Que cada cual hable de sí mismo lo mejor que pueda, con esta advertencia a su prójimo: si por casualidad entiende usted algo de lo que digo, puede usted estar seguro que yo lo entiendo de otro modo.

Un saludo

PD: es ésta, su Ítaca, un lugar cada vez más estimulante.

Anónimo dijo...

La mayoría de las barreras son invisibles. Pero están ahí.

El mar puede ser una barrera o un puente. Unas veces separa; otras, une.
Por lúcidos que seamos, a veces no es fácil saber qué tipo de mar tenemos ante nuestros ojos.

Y tiene razón, anónimo. Sólo existe lo que puede ser pensado. Por eso siempre he pensado que vivir en la inopia es una bendición.

Manolo dijo...

Estaba pensando que lo que tiene el hacer un blog críptico es que la gente siempre va a entender otra cosa de la que tengo en la cabeza.

La ventaja de esto, es que a los lectores les pasa un poco lo que decía Nuala en otro post por ahí sobre los muertos y los vivos, que son mitad lectores mitad autores (y lo mismo me ocurre a mí)

Esto más que un blog es una especie de bricolage: "hágalo usted mismo"

Saludos Navideños

Anónimo dijo...

jajajja bac, no te preocupes. Cada uno lee su propia lectura. Aunque hiceras una entradilla tipo diario contando minuciosamente algo de tu día (por ejemplo, me levanté de la silla y me rasqué la cabeza), habría quien leyera algo diferente (la silla era incómoda, tienes piojos, estabas preocupado...lo que sea).

Como no soy vidente, no intento adivinar de qué hablas tú (ni nadie). Te cuento lo que me dice a mí. Porque para mí leer no es interpretar a otro, sino a uno mismo. Y así, tú me cuentas una historia tuya, pero yo leo una mía. Y a cambio te regalo una mía que a lo mejor te hace recordar a otra tuya. Y ninguno habla de lo mismo, pero, y ahí está la belleza de esto, aún así nos entendemos.

Hacer lo particular universal es trascender.

La Pitia del Oráculo de Delfos lo sabía. Siempre acertaba porque su respuesta era tan ambigua (y en hexámetro endecasílabo, para complicarlo más)que todos podían hacer su propia interpretación. Bueno, acertaba por eso y porque los sacerdotes estaban detrás de muchas maquinaciones y tenían unas fuentes inmejorables (y las noticias les llegaban volando, literalmente). :D

... dijo...

Nuala tiene toda la razón, da igual qué o como escribas, cada uno interpretará algo distinto. Como estas barreras vemos cada uno cada, más o menos intocables, cuando te leemos.

... dijo...

...Y a pesar de las apariencias y el embrollo de palabras no son barreras de alcohol las culpables.

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